Hoy
es uno de esos días en los que me pregunto como un equipo puede cambiar tanto
de un fin de semana a otro. Ya lo habíamos comentado en anteriores “posts”, el
ascenso pasa por los partidos con “ los de abajo”. Pasa por esos partidos que a
priori se dan como fáciles y se cuenta con los tres puntos de antemano. Pues
bien, hoy el K2, a punto ha estado de llevarse un susto. No un susto
cualquiera, sino un susto que le hubiera alejado mucho de los primeros puestos.
Hoy
nos visitaba el Sta. María Caridad, el cual, hasta ahora, sólo había sumado 5
puntos frente a los 18 sumados por los locales. Pero está claro que el fútbol
no sabe de cuentas ni de números. Es simplemente una cuestión de actitud, de
ganas y de motivación.
El
K2 ha estado flojo de principio a fin. En el campo se ha visto un equipo
estático, con poca profundidad, poca intensidad, poco unido en sus líneas y
sobre todo con pocas ganas de jugar al fútbol. Y es que, cuando no se quiere, no se quiere.
Los
visitantes estuvieron mejor. Un equipo con una plantilla corta que se vio
obligado a hacer el primer cambio en los primeros minutos debido a la lesión de
un jugador. Sin embargo ellos sí tenían
ganas de hacer algo más que el rival y lo hicieron.
En
el min 32, uno de los delanteros del equipo visitante “se metía hasta la cocina
“ y se plantaba delante del portero local al que batía sin ningún tipo de
problema, haciendo el 0-1.
El
K2 se había metido en la boca del lobo el solito. A pesar de llevar el marcador
en contra el equipo siguió sumido en un fútbol aburrido e impreciso. Lo peor
fue la falta de reacción del equipo.
El
Sta. María Caridad necesitaba ganar y lo hacía sin haber hecho demasiado.
Motivación extra para unos jugadores que saben que, o empiezan a sumar, o lo
van a pasar mal durante gran parte de la temporada.
Tras
el descanso, el K2 realizaba dos cambios con el objetivo de buscar más
profundidad y continuidad en el juego, pero sobre todo, de marcar fuera como
fuese.
Al
K2 le cuesta mucho jugar con el marcador en contra y es entonces cuando empieza
a precipitarse, a perder balones fáciles, a complicarse la vida y a meterse en
líos innecesarios. En el min 48, el portero local, hacía un doble paradón y
salvaba lo que hubiera sido el 0-2.
Con
el min 65, llegaron las primeras reacciones del K2 y Serrano fallaba un tiro
frente a la portería casi en la misma línea de gol. Fallo inexplicable, ya que
parecía más complicado mandarla fuera que meterla.
En
el 69´, el árbitro expulsó al delantero visitante tras enseñarle la segunda
amarilla.
Con
uno menos había que ir a por el partido y el tiempo parecía volar. Además, ya
se encargó el equipo visitante, de perder muchos minutos . Lesiones atendidas
en el mismo campo, saques de banda que duraban 3 minutos… 15 minutos para
buscar dos goles. Tarea complicada pero no imposible.
En
el 78´, Rubí cabeceaba un córner y Serrano volvía a rematar de cabeza superando
al portero y haciendo el empate de los locales. Un empate que seguía sin valer
al K2 pero que en cierta medida no disgustaba al Sta. María Caridad.
Los
últimos minutos los jugamos mal, muy mal. Y es que hicimos faltas absurdas que
a ellos les permitieron perder, aún, más tiempo.
Cuando
ya iba a comenzar el tiempo de descuento, un jugador visitante hacía gol en
propia puerta. El acierto fue de Pani,
quién puso un centro al corazón del área, de esos en los que la toque quien la
toque es más que probable que acabe dentro de la portería.
Ya
en el 94, debutaba en el K2, Villalba. No sólo se estrenaba en partido oficial
sino que salió y el primer balón que tocó, además de cabeza, se convirtió en el 3-1.
Duro
castigo para el Sta. María Caridad. El K2 suma tres puntos muy importantes en
un partido malo. El fútbol no es cuestión de “cara o cruz” , es cuestión de
continuidad y de luchar con los de abajo igual que con los de arriba.
Estos partidos también cuentan y lo mejor es que el equipo esta muy unido y es una gran familia .